(Escrito en 2002 para la ya desaparecida página La Taberna del Blues)
Y digo yo: ¿qué está pasando actualmente en la música? ¿por qué los grupos clásicos que ahora tenemos todos endiosados no rebasaban la media de veinticinco años de edad, en muchos casos, y ahora es raro dar con un grupo de tal calidad (aunque hay excepciones como los maravillosos Dewolff)? ¿se acabaron los recursos potenciales que brinda un instrumento, o ya está todo descubierto? Esto es lo que pienso al escuchar por millonésima vez este pack de fabulosos discos con los que se presentaron al mundo esta maravillosa banda de rock sureño: Allman Brothers Band.
Para los no-iniciados en este grupo, os encontraréis una banda de músicos que abarcan todo el espectro del blues, el rhythm&blues, guiños al jazz, etc… todo mezcladito con esa crujiente saturación de válvulas tan bonita de finales de los sesenta/principios de los setenta.
Como decía antes, este disco es realmente dos, pero a precio de sencillo (la bendita serie media); el primero de ellos abarca desde “Don’t Want You No More” hasta “Whipping Post”; el segundo, desde “Revival” hasta “Leave My Blues at Home”, sumando un total de 14 cortes (siete por disco).
Dado que son catorce temas, y que ninguno desmerece el conjunto, voy a pasar a comentaros, y siempre bajo mi punto de vista, qué temas son los que suben la media del disco.
Y dado que son dos a efectos de edición e incluso composición, lo dividiré en dos partes para no confundir al personal:
Allman Brothers Band – Allman Brothers Band (1969)
Abren disco con instrumental de poco más de dos minutos. Dejan claro que la elegancia (un término que les viene muy al pelo a la Allman Brothers Band) va a estar presente de principio a fin. De principio a fin de carrera musical, no de disco. Así son ellos y así lo demuestran, tocando. Enlazan con un tremendo blues donde se presenta la voz, que no es otro que Gregg Allman (también teclista), hermano de Duane Allman (uno de los mejores guitarristas con la técnica slide de los setenta; desgraciadamente falleció de accidente de moto, con veintisiete años, si mi memoria no me falla. La edad maldita del rock).
Después de otros dos temas que definen el estilo que posteriormente retomarían gente como Black Crowes o Blind Melon, llega “Dreams”. Con este título tan sugerente, ellos sabían que lo que mejor definiría musicalmente este estado del subconsciente es con una combinación lisérgica de jazz y rock. De nuevo no puedo parar de pensar qué presentación al mundo tan elegante. Y llega el tema bruto del disco: “Whipping Post”, comenzando con un riff a cargo de Berry Oakley (el bajista) devastador (no busques un antecesor del power-metal aquí, tampoco es eso a lo que me refiero). Y, “sintiéndome como si fuera a morir” (eso dice la letra), poco a poco, a base de guitarrazos y hammond-azos, va finalizando un señor disco. Auténticamente genuino, potente, y lleno de testosterona.
Allman Brothers Band – “Idlewild South” (1970)
Se palpa la pequeña evolución musical del grupo nada más oír la primera guitarra acústica de “Revival”. Sin embargo, es éste de los temas que sin llegar a catalogarlo como rock, o como blues, o como rock sureño, o como todo junto, encandila a la primera escucha con una bonita letra de esperanza donde le pregunta a la gente si puede oír que el amor está en todas partes. Recordad que eran épocas de flores, parques, conciertos y tripis, muchos tripis. Después de dos temas que ya empiezan a retomar la senda que dejaron abierta en el primer disco (Don’t Keep Me Wonderin’ y Midnight Rider”), viene la que para mí es una de las mejores versiones de la historia del rock: “Hoochie Coochie Man”. Precediendo a este tema, está “In Memory Of Elizabeth Reed”, un tema con un flow acojonante, que dirían los raperos. No voy a deciros que qué solo de guitarra tiene, ni el solo que se hace de teclado… No, qué va. Sólo puedo deciros que destila feeling de principio a fin. De los mejores temas que he escuchado a esta gente. Y de los pocos temas, también, de estar a la altura de enlazarlos con la versión antes mencionada: Hoochie Coochie Man. Brutal, señores, brutal (mención especial a Dicky Betts, el otro guitarra solista del grupo).
Por último, “Please Call at Home”, la cual te baja del extasis al que te ha llevado la susodicha versión, y “Leave My Blues At Home”, un tema para terminar dignamente el disco.
Los componentes son:
- Duane Allman- Guitarra
- Gregg Allman – Teclados y voz
- Dickey Betts – Guitarra
- Berry Oakley – Bajo y voz
- Jai Johanny Johanson – Batería y percusión
- Butch Trucks – Batería y percusión
Acabo: esta música (cualquiera en realidad) merece ser escuchada con unos buenos cascos.
¡Saludos y comentadme qué os ha parecido!
3 comentarios
Llorenç · 6 mayo, 2021 a las 8:30 am
Mas vale tarde , que …..
Es una obra de arte,
Siento un poco de rabia tristeza
Por que Stevie Ray, Jimmy Hendrix, Terry Kath Duane Allman y otros muchos
Hay que conservar la cultura (no la mierda que quieren hacernos pasar por musica)
admin · 6 mayo, 2021 a las 9:08 am
Toda la razón Llorenç, aunque por suerte se siguen haciendo cosas buenas (no son las que llegan a los medios, pero estoy seguro de que serán las que perduren en el tiempo).
Echa un ojo a Dewolff, una joven banda holandesa, ya verás!