Una pequeña e insignificante nota a pie de página durante nuestros quince días por Colombia, pero que merecen ser contada:
Mi historia
Esta entrada pretende ser breve, un pequeño aviso a todos los que queráis viajar a este maravilloso destino colombiano. Y es que las picaduras de los mosquitos (o, mejor dicho: los malditos jejenes) esta vez me jodieron bien. Os cuento:
Tras una caminata matutina por la playa de una media hora desde nuestro hotel Playa Pikua Ecolodge, llegué con bastantes picaduras a la altura de los tobillos. «Nada preocupante«, pensé… hasta que ví que aquello se hinchaba y que incluso me producía cierto malestar.
Culpa mía por haberme confiado y no haber utilizado el repelente.
Foto de mi tobillo al día siguiente de haber recibido las picaduras. Aunque no se vea el otro, se aprecia claramente la hinchazón:
El causante de esta pequeña putada fue el jején, un insecto de mucho menor tamaño que un mosquito normal, de color blanco e inapreciable a simple vista. Este cabroncete produce horas después una ampolla similar a una espinilla.
A Gloria también la picaron, pero a ella, por suerte, no le produjo esa reacción alérgica que yo sufrí.
Evitar o minimizar las picaduras
Mi primera recomendación: mucho repelente, en abundancia, sin miedo. Nosotros llevábamos Relec Extraforte (me consta que lo venden allí porque en la recepción del hotel ví el mismo bote).
Segunda: si vais a realizar alguna caminata por la zona (Tayrona, Quebrada Valencia, etc), llevad pantalones largos, fresquitos de trekking. Seguro que eso los frena. Luego os cambiáis al llegar a cualquiera de las playas en las que os vayáis a quedar y apañado.
Tercera: si ya os han picado, antihistamínico. Fue tal mi hinchazón que en uno de los puestos de enfermería del Tayrona me paré a consultar si aquello era normal y me dieron una pastilla de Desloratadina, un antihistamínico colombiano que, a mi parecer, fue bastante efectivo. Ojo porque existe tambien la Loratadina, aparentemente con menor potencia.
Por último…
Por favor, que esto no os frene a visitar semejane belleza de región: es molesto, es incluso doloroso, pero recordad que la culpa en primera instancia fue mía por no administrarme el repelente.
Es cierto que en otros viajes me han picado, pero nunca con tanta vilurencia como en este caso.
¡Espero que esto os ayude a evitar a estos bichejos!
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