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Tres días en Cartagena de Indias
Qué calor. Y qué preciosa que es esta ciudad. Ya quisieran para sí la arquitectura colonial que posee Cartagena otras ciudades como Nueva Orleans o Key West. Y qué fascinante historia de luchadores, libertadores o piratas. Cuánto por ver y disfrutar, y qué lástima haber estado sólo tres noches en la ciudad.
Lamentablemente, hemos visto miseria: gente buscando comida en la basura, prostitución, o venezolanos pidiendo en la calle, sin papeles y sin opciones. Si estáis aquí recabando información para vuestro próximo viaje, recordad que sois, somos, inmensamente afortunados sólo por haber nacido en otro sitio. Sólo por eso.
Nuestro hotel
Por seguridad y por cercanía al centro, pero también por precio, elegimos el Hotel Casa Alpha (154€ tres noches, con un abudante desayuno incluído). El hotel tenía ciertas cosas a mejorar, como la falta de agua caliente en momentos muy puntuales de la tarde. Pero sus amabilísimos empleados, su delicioso spa en la azotea o su decoración suplieron estas pequeñas carencias.
Viendo los elevados precios de otros en las proximidades, sí, volvería a elegirlo.
Tours gratuitos con Beyond Colombia
Hicimos dos, de nuevo con Beyond Colombia, la empresa puntera de tours gratuitos (luego pagas la voluntad, pero no seas mísero, ja) que parece operar en las grandes ciudades del país.
El punto de partida es el Camellón de los Mártires:
Es la plaza que nace a los pies de la Torre del Reloj, extramuros. Los tours, generosos en duración, empiezan a las 10.00h y a las 16.00h. Son tours por el Casco Histórico y el barrio de Getsemaní (este último sólo en horario de mañana).
Tour por La ciudad amurallada
Si sólo podéis elegir uno (recordad: una propina estimada de 30.000 cop por cabeza), seleccionad el del Casco Histórico… y si es con Ingrid, una mujer de mediana edad apasionada de su trabajo, habréis dado en el clavo.
En el tour de dos horas se hablará, entre otras muchísimas cosas:
- De cómo Blas de Lezo (el medio hombre, por todas las heridas recibidas en batalla a lo largo de su vida) defendió la ciudad, sitiada desde el mar por el almirante inglés Edward Vernon (fijaos el número de bajas españolas frente a las numerosas bajas inglesas… increíble estratega debió ser el medio hombre); de cómo éste ordenó acuñar monedas que ensalzaran una victoria de la Corona Británica sobre la Española que nunca tuvo lugar;
- De la importancia de Cartagena en el cine internacional; del mejor atardecer de la ciudad desde la azotea del hotel Movich; del daño que hizo en la ciudad la infame Santa Inquisición;
- De cuánto amaba esta calles Gabriel García Márquez (autor de Cien Años de Soledad, el tercer libro más leído en la historia, tras la Biblia y el Quijote);
- O de cómo las esclavas portaban semillas en sus peinados durante la época colonial, o de cómo se conformó el primer pueblo de esclavos libres de Sudamérica, San Basilio de Palenque, el cual aún a día de hoy mantiene un dialecto sólo hablado allí, con elementos del castellano antiguo o lenguas africanas.
Apasionantes historias que te regala el viajar.
Getsemaní, el barrio más colorido
Parece ser que durante la época colonial, la Corona Española mandó pintar todas las casas de blanco, y este barrio, residencia de las clases medias y bajas de la ciudad, en un símbolo de rebeldía, decidieron que eso no iba con ellos: ellos pintarían sus fachadas de los colores más alegres posibles. Por suerte para nosotros, esta tradición ha llegado hasta nuestros días y… tengo la impresión de que, cuanto más pase el tiempo y más lejos quede nuestro viaje, más apreciaré la belleza de este barrio.
Tenía cierto resquemor con esta zona a raíz de algunos comentarios leídos en foros y diferentes webs, los cuales decían que no era un barrio muy seguro por la noche, etc. Y sin ánimo de contrarrestar esas opiniones, porque no estuvimos hasta altas horas de la noche en él, sí puedo deciros que vayáis tranquilos, nosotros no observamos más que alegría, precios mucho más económicos, y gente local mezclada con miles de turistas.
Ya nos contaron en el tour realizado que hasta hace unos diez, quince años, el barrio era ciertamente intocable: la droga y la prostitución parecían campar a sus anchas y ni la policía se atrevía a pisarlo.
Gran y concienzudo trabajo es el que ha debido hacer el gobierno de esta ciudad, porque ahora es un barrio con excelentes artistas callejeros (tuvimos la oportunidad de conocer al Campeón Nacional de Salsa de Cali, la capital de la Salsa, y disfrutar de su arte), puestos de comida callejera y multitud de opciones para almorzar o cenar.
Si existe, no se aprecia la prostitución que lamentablemente sí se observa en la Plaza de Coches (intramuros, a los pies de la Torre del Reloj), y tampoco los pesados atrapa-clientes de los garitos, insistentes hasta el hartazgo.
Bendita Beach, Islas del Rosario
Parece inevitable hacer una excursión a alguna de las Islas del Rosario. Más si eres un europeo que está a miles de km’s de su hogar. Las opciones son miles y en la propia ciudad os ofrecerán tours a Bora-Bora, Cholón o Bendita Beach, por nombrar las que recuerdo en este momento.
Por su carácter más natural, por sus playas, nosotros elegimos Bendita Beach (ottia, no sabía que tuviera hasta web). Y si bien no es la isla paradisíaca y virgen que todos tenemos en mente (si tenía hasta cobertura 4G), sí fue una grata experiencia.
El precio fue de alrededor de 50€ por cabeza, algo más barato que en Civitatis, pero estoy seguro que se puede conseguir mucho más económico. En la excursión está incluída la lancha i/v, un jugo de bienvenida, el uso de camas, hamacas o kayaks, y una rica comida. Las cervezas son más baratas que las de otras islas con carácter más fiestero (5000 cop, frente a los 15000 que te pueden pedir en otras).
La foto, según ha salido del teléfono, sólo recortada:
Luego allí encontraréis desde artesanía local, alquiler de motos de agua (80000 cop dos personas, quince minutos… la pillamos, no veáis cómo mola) o masajes de una hora. En definitiva, lujos asiáticos en pleno Mar Caribe.
La hora de vuelta de todas estas excursiones es a las 15.00h. La marea se pone chunga y hay cierto peligro si se regresa más tarde.
Algunas recomendaciones
Para comer, podéis ir al económico y familiar Mama Nilma en Getsemaní. El Coroncoro, otro restaurante local, goza de buena fama entre los turistas y locales.
En la tarde buscad también el puesto callejero de Jose, un venezolano que hace unas arepas riquísimas por solo 5000 cop (al norte de la Carrera 10, donde corta con la Calle 30).
Si queréis salsa y rumbeo, nos recomendaron Donde Fidel, en la Plaza del Reloj, o el Bazurto Social Club (no estuvimos, pero éste junto con el Kilenle parece de los más famosos en la ciudad).
Para bolsillos más pudientes el Hotel Movich o el Café del Mar. En ambos puedes ver un bello atardecer:
Por supuesto, la ciudad tiene una amplísima oferta gastronómica, que va desde los puestos callejeros hasta peruanos o italianos.
Por último, nos dejamos cosas por disfrutar, como el Castillo de San Felipe o ver el plancton luminoso en la noche. Habrá, por tanto, que ir pensando en volver a tan fantástica ciudad.
De aquí partiríamos hacia el increíble Parque Nacional del Tayrona. Ya veréis…
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