Hay lugares de los que no es grato escribir unos párrafos, pero que sin duda sus historias merecen ser contadas. He hecho varios artículos que, poco a poco, van englobando una historia de la humanidad ciertamente espeluznante. Me refiero a artículos como el Cuartel General de la Gestapo en Colonia, Auschwitz o, ya en España, el pueblo viejo de Belchite.
Al menos la historia de la Comuna 13 parece haber tenido un final feliz, y no quedarse sólo como un museo al aire libre. Su población está haciendo esfuerzos ímprobos por abrirse al público y limpiar la (por desgracia, merecida) mala fama que la ha acompañado durante años.
Dejadme que os cuente algo sobre La Comuna 13, el equivalente en este maravilloso país a las famosas favelas brasileñas.
Espero que esta información os sea de sumo interés y que os despeje las dudas necesarias para conocer esta zona de la vibrante Medellín.
Directo a...
Cómo llegar a la Comuna 13
Tomemos como referencia el barrio en el que posiblemente la mayoría de turistas elegiremos, el barrio de El Poblado (enclavado en la Comuna 14). Según GMaps, son unos cincuenta minutos largos en transporte público.
Otra opción es que vayáis desde la zona centro de la ciudad: el trayecto se acorta hasta los 30 minutos. En cualquier caso, tened en cuenta que la estación de metro en la que debéis bajaros es San Javier.
La reciente historia de la Comuna 13
Desde cómo las guerrillas suplantaron el papel de un gobierno que no supo dar cobijo legal a sus primeros habitantes por haber construído de forma ilegal en las lomas de las montañas, hasta cómo las bandas marcaron fronteras imaginarias y mataban sin mucho sonrojo a sus enemigos (y estos enemigos podían ser simplemente niños), o cómo el gobierno puso fin a esta barbarie ayudándose de los paramilitares y su dudosísima forma de hacer justicia.
Dos importantes operaciones policiales
Voy a detallar muy someramente dos de las últimas y más importantes operaciones policiales acaecidas en la zona, con el único fin de que, si visitáis este barrio, tengáis presente qué ocurrió allí hace muy pocos años.
Operación Mariscal
A las tres de la madrugada del 21 de mayo de 2002 comenzó la Operación Mariscal, con cerca de mil efectivos policiales. Se estima que perdieron la vida doce personas, entre ellos algunos menores de edad e incluso un bebé de once meses.
Se acercaban las elecciones presidenciales y las fuerzas de seguridad temían un sabotaje a éstas (como ha ocurrido este pasado 2023 en Ecuador con el asesinato de un candidato presidencial).
Para que nuestras cabezas empaticen mínimamente con el horror allí sufrido, en esta época de guerras narradas por TikTok, dejadme que os copie el testimonio de un muchacho (Trece se hace llamar) que vivió la Operación Mariscal cuando sólo calzaba trece añitos:
De los pocos recuerdos que tiene Trece, hay uno en particular que narra con particular emoción: “Nos tocaba dormir debajo de las camas y dentro de los baños porque se suponía que ahí era el búnker de nuestras casas, que tenían dos habitaciones para 10 o 12 personas. Para nosotros, siendo niños, asimilar la situación de Mariscal fue muy complejo, porque no entendíamos por qué dormíamos en los baños solos y los papás se quedaban afuera.
Luego entendí que era porque en la puerta del baño siempre ponían un colchón, pero como eso no se sostenía solo, los papás de uno eran los que se quedaban ahí, en la puerta del baño sosteniendo el colchón toda la noche, y por encima de sus vidas pusieron las nuestras”.
Las fuerzas del orden nunca asumirían la culpa de la muerte de estos menores, cargando la responsabilidad a las milicias.
Operación Orión
El 13 de octubre fallecen dos estudiantes alcanzados por balas perdidas en la zona. El recién elegido presidente Álvaro Uribe decide emprender una guerra sin cuartel contra las guerrillas asentadas en la zona (FARC-EP, ELN y CAP).
16 y 17 de octubre 2002: dos días de agonía, asaltos y balas cruzadas. Cualquier transeúnte era un guerrillero en potencia, hasta que la justicia demostrase lo contrario. El resultado, según la Wikipedia, sería el siguiente:
- 80 civiles heridos;
- 17 bajas cometidas por la Fuerza Pública;
- 71 personas asesinadas por los paramilitares, AUC;
- 12 personas torturadas;
- 92 desapariciones;
- 370 detenciones.
También añade esto la famosa enciclopedia:
Hay además fuertes indicios, testimonios de paramilitares desmovilizados y pruebas fotográficas que muestran hombres encapuchados con vestimenta militar pero sin insignias ni señales propias de las Fuerzas Militares de Colombia dando órdenes a militares y señalando viviendas,6 lo cual mostraría que la operación Orión fue una operación conjunta de fuerzas del estado y grupos paramilitares.7
La Escombrera
Tras estos dos ejemplos de luchas por el poder de la zona, de muertos, desaparecidos, de testimonios espeluznantes, llegamos a La Escombrera: un vertedero que, están seguros los habitantes de la zona, contiene los restos de centenares de desaparecidos durante las anteriormente mencionadas y otras operaciones policiales.
Una zona cercana (y, a la vez, tremendamente alejada, como asegura la madre de Margarita Seleno) a la Comuna 13, visible desde ésta. Enterramientos clandestinos, cuerpos torturados abandonos a su suerte… Muy jodido el asunto.
La Comuna en la actualidad
Ahora la población de esta comuna (alrededor de 150.000 personas; una comuna está formada por muchos barrios) se ha percatado de que puede que les vaya mejor dejando entrar al turismo, que tanto ellos como sus familiares van a tener una vida más tranquila y más sana.
Así que podríamos decir que a día de hoy hay un frágil tratado de paz entre bandas rivales que permiten que todos visitemos de primera mano lo que, en el equivalente brasileño, sería una favela.
El catalizador principal de este proceso de paz interno ha sido la cultura del hip hop, mediante los graffitis, la música, la rima y el break dance.
El imprescindible free tour
Hum, una experiencia dura la de este tour, no por el barrio en sí, el cual ahora mismo es fácilmente accesible por turistas de todo tipo, pero sí por las espeluznantes historias que ocurrieron en él hasta hace menos de diez años (en sólo el primer semestre de 2018 se registraron 38 homicidios).
Toda esta historia de barbarie y esperanza nos fue contada por Pablo Andrés Arévalo, un inteligente y versado joven de diecinueve años que está cursando dos carreras (Derecho por un lado y Turismo por otra) y que vive allí.
El tour, duro, acaba con una michelada o un jugo en casa de sus propios abuelos, que junto con su joven madre y su hermano pequeño, viven pegados al Tramo 3 de las famosas escaleras mecánicas que jalonan y articulan el barrio.
Soy consciente que es bastante estúpido y simplista querer resumir la compleja historia de esta región con sólo un par de párrafos y algunos datos. Es como si quisiera resumir en sólo unas líneas el conflicto vasco, la ETA y el GRAPO. Pero también soy consciente que a veces el exceso de información es contraproducente.
Sirvan por tanto estas líneas para que nuestra empatía haga su labor cuando estemos allí. Porque, como nos comentaba el guía (19 años): él sabía distinguir perfectamente, sólo por el sonido, el calibre del arma.
0 comentarios