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No es mi intención en esta página realizar tratado alguno sobre las imponentes obras de arte arquitectónico que pueblan la bonita ciudad de León: no tengo el conocimiento, la osadía, ni tampoco el tiempo suficiente como para extenderme sobre tan magnas obras.
Pero sí puedo ayudaros, a modo de primera toma de contacto, para que luego ampliéis información. También os linkaré algo de info sobre cada uno de los edificios o lugares más representativos de la ciudad.
Allá vamos:
La Catedral
La Pulchra Leonina (o la catedral sin muros, por sus amplísimas vidrieras) es, en mi opinión, la más bella catedral de las muchas que tenemos en España, y una de las características que la hacen más admirable es que está situada en el punto más elevado de la ciudad, sin ningún edificio que la haga sombra (como puede pasar, por ejemplo, con la catedral de Burgos).
Te topas frente a ella según subes la Calle Ancha, y ahí se yergue, majestuosa, desde hace ocho siglos.
Su construcción comenzó allá por 1205, y se erigió sobre una antigua catedral románica (y ésta, a su vez, sobre unas antiquísimas termas romanas, de las que hoy se pueden apreciar algunos vestigios).
Dispone de una de las mayores colecciones de vidrieras medievales, y éste sin duda es uno de los puntos fuertes de los que dispone.
Algunos dicen de ella que es la más francesa de las catedrales españolas… y no andan muy desencaminados, ya que el primer maestro constructor del que se tiene constancia es Simón, persona que provenía de la Champaña Francesa. Basta ver algunas fotos de la Catedral de Reims para ver que hay similitudes que no pudieron ser fruto de la casualidad.
Como cualquier edificio que se precie, tiene una curiosa leyenda: La Leyenda del Topo. Resumiéndola mucho, fijaos sobre la puerta de acceso principal en el pellejo que hay colgando sobre ella: cuenta dicha leyenda que, durante las obras de construcción, en las noches había un topo que minaba cualquier trabajo realizado durante el día, tirando abajo todo lo que los canteros habían avanzado. Consiguieron darle caza y a partir de entonces, la construcción pudo seguir su devenir diario sin mayores incidentes. La realidad es que sí que fue difícil cimentar el edificio, pero no por el famoso topo, si no que la construcción se asentaba sobre las termas romanas previamente comentadas.
La web oficial, con los horarios de apertura y precio de la entrada es la siguiente ->
https://www.catedraldeleon.org/index.php/visitas
Si queréis conocer más sobre ella, os recomiendo la edición digital de la revista Catedral de León
Basílica de San Isidoro
Llamada por muchos La Capilla Sixtina del Románico, por las increíbles pinturas de casi mil años de antigüedad que jalonan sus techos, esconde en su colegiata lo que sin duda es uno de los más codiciados tesoros de la Cristiandad: el Santo Grial, ni más ni menos. Como todas estas afirmaciones, hay que cogerlo con pinzas, ya que hay otros tantos que afirman ser los originales. Lo que es incontestable es que el cáliz medieval que nos encontramos en San Isidoro perteneció a Doña Urraca, infanta leonesa que vivió entre 1033 y 1101.
La consagración del más importante edificio románico español finalizó, con pompa y boato, el 6 de marzo de 1049. Entre sus paredes se guardan tesoros dignos de las mejores películas de Indiana Jones, como las anteriormente nombradas pinturas románicas, el Panteón de los Reyes (se cuentan en sus tumbas veintitrés monarcas), cerca de ochocientos pergaminos medievales, o una biblia visigótico-mozárabe del S. X.
A modo de anécdota (infame, pero anécdota al fin y al cabo), durante la breve ocupación napoleónica de la península, este bello edificio fue ocupado por los franceses para establecer en él su cuartel militar y el Panteón de los Reyes fue utilizado como… establo para las monturas de los soldados. En fin, la historia, con sus luces y sus sombras.
Podéis ampliar información en los siguientes enlaces:
Convento de San Marcos
Antiguamente situado extramuros (recordad que León es una ciudad amurallada, y conserva mucho de su tramo original en un excelente estado), nos encontramos con un edificio imponente, quizá el tercero en relevancia histórica de la ciudad de León.
Hoy es el Parador Nacional de León, quizá uno de los más bellos de España, aunque anteriormente fue hospital de peregrinos, convento, cárcel (donde estuvo el mismísimo Francisco de Quevedo), e incluso campo de concentración de prisioneros republicanos. Increíble ¿verdad?
Aquí el panel informativo que se encuentra en el interior:
De estilo renacentista-plateresco, se encuentra a pocos minutos andando del centro de León (recordad que en su momento se situaba fuera de la muralla), pero os aseguro que la visita vale la pena. La fachada es increíblemente amplia, tanto que debes alejarte mucho para recogerla con un simple disparo de cámara.
Como los paradores nacionales no son para todos los bolsillos, pero el lugar es un espacio público, lo que podéis hacer es tomar un café o una cerveza en su cafetería. Un truco para aquellos bolsillos menos pudientes o que, simplemente, quieren visitar tan increíble lugar por dentro.
En la antigua iglesia, aledaña a San Marcos, se encuentra una delegación del Museo de León. De entrada gratuita y breve recorrido, la visita merece, por supuesto, la pena.
Casa Botines
La Casa Botines es un edificio de art noveau diseñado por uno de los más famosos arquitectos españoles: Antoni Gaudí. Este hombre, fuera de su Cataluña natal sólo construyó dos edificios, ambos emplazados en el Camino de Santiago: éste que nos ocupa y el Palacio Episcopal de Astorga.
En la Casa Botines ahora mismo hay un museo dedicado a esta persona, así como algún restaurante en sus bajos. Echad un ojo a la escultura que hay en el banco, frente a la entrada principal.
Palacio de los Guzmanes
Si visitáis Casa Botines y no veis el Palacio de los Guzmanes, id al oculista. Está literalmente al lado.
Palacio renacentista, inacabado en 1572, se convirtió en uno de los más famosos palacios de la bimilenaria León. Su patio central bien merece una visita rápida.
La Plaza del Grano
Una de las más emblemáticas plazas de la ciudad, con su adoquinado medieval y sus soportales centenarios.
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