La historia de los indios del Mardi Gras, el famoso carnaval que tiene lugar en Nueva Orleans, es en mi opinión uno de los más antiguos folclores de los que pueda reclamar Estados Unidos como propio.

Aún así son unos grandes desconocidos para el gran público, maltratados por el cine y la cultura popular de ese país. Baste echar un vistazo rápido a la entrada de la Wikipedia, en su sección de «En la Cultura Popular» para darse cuenta de lo poco expuestos que han estado durante estos siglos.

Pero ¿por qué unos afroamericanos deciden disfrazarse de forma tan llamativa y colorida un par de veces por año?

Los Indios del Mardi Gras

La madre del cordero, Congo Square

La madre del cordero es, una vez más, la famosa Congo Square (aunque antes de llamarse así se denominó «La Plaza de los Negros» o «Plaza del Circo«).

La hoy céntrica plaza de Nueva Orleans es la zona cero, el epicentro, el lugar en el cual podríamos decir que todo nació: durante el Siglo XVIII, los domingos se reunían en esta plaza los esclavos de la ciudad, liberados momentáneamente del duro trabajo al que debían hacer frente el resto de la semana, y se dedicaban en cuerpo y alma a algo que hoy nos parecería lógico a muchos de nosotros pero por aquel entonces no lo era tanto: disfrutar de sus bailes y su música, aquella que había viajado miles de kilómetros con ellos… y, en definitiva, impedir que sus ancestrales ritos se perdieran para siempre.

Y muchos de estos ritos sabemos que no se pueden entender sin el baile y la percusión.

Esto, que a priori no parece un desencadenante directo de la existencia de los Indios del Mardi Gras, cobra todo su sentido cuando oyes su música: tribal y descarnada, desprovista de toda floritura, con una fuerte presencia de percusiones e himnos que parecen llegar de nuestro continente vecino más que del país capitalista por antonomasia. Querréis un ejemplo, supongo.

Hablando de Congo Square y de indios: aquí tenemos a uno de los más queridos y famosos de la ciudad, Monk Boudreaux durante el festival que tiene lugar cada año, de forma gratuita, en la plaza:

Los Indios del Mardi Gras

Breve historia de los Indios del Mardi Gras

Nueva Orleans fue uno de los puntos calientes a nivel mundial en la era de la esclavitud (desde ahí podías o bien remontar el Mississippi, el cual servía de autopista que vertebraba todo el país, o bien realizar una pequeña travesía marítima a las cercanas islas del Caribe). Es fácil deducir, por tanto, que los mejores esclavos, los más sanos y más capaces para el trabajo, se quedasen en las plantaciones más cercanas.

Los Indios del Mardi Gras

Entre dichos esclavos había muchos que, obviamente, deseaban ser libres de nuevo. Muchos de los que intentaron escapar recibieron ayuda desinteresada y cobijo de un pueblo, el de los nativos americanos, que no conocían… ayuda que precisamente por inesperada, era mejor recibida. Es en este punto de la historia cuando un pueblo oprimido conoce a un pueblo que está siendo aniquilado por parte de un tercero: los colonos europeos (y no olvidemos que los primeros pobladores era la escoria que el viejo continente no quería para sí: ex-presidiarios, ladrones, militares de dudosa reputación, etcétera).

La ayuda que recibieron los esclavos por parte de los nativos fue el motivo principal por el que hoy existen los indios del Mardi Gras. Lo voy a ilustrar con un breve fragmento de una famosa película estrenada hace no muchos años:  «Doce Años de Esclavitud» (2013, Steve McQueen) muestra brevemente cómo pudieron ser aquellos primeros encuentros entre las diferentes razas:

Así que, aunque de forma esquemática, tenemos ya claro cómo tomaron contacto esclavos y nativos. Pero lo que haría que esta cultura tan hermética, tan regional, se forjase para siempre fue la Guerra de Secesión, los Buffalo Soldiers y el famosísimo Buffalo Bill.

Los Buffalo Soldiers

Los Soldados Búfalo fue el primer regimiento del ejército de los Estados Unidos integrado en su totalidad y reconocido de forma oficial por afroamericanos. Aunque en un principio sólo se llamó así al Décimo Regimiento de Caballería (formado en Kansas en 1866), rápidamente la expresión se convirtió en sinónimo para cualquier otro destacamento formado por negros.

Aunque la etimología del nombre no está clara, algunas de las teorías más apoyadas fue que los indios norteamericanos que se cruzaron en su camino les llamaron así por el pelo que lucían los soldados («tenían el pelo rizado, como los bisontes«); también se baraja como probable los ropajes que vestían los soldados durante el invierno o lo fieros que eran en la lucha.

Los Indios del Mardi Gras

Tras la guerra muchos de estos soldados volvieron a la ciudad, a Nueva Orleans. Y muchos de ellos a su vez, faltos de un sustento diario, se enrolaron en las filas del show más famoso del mundo, el  Buffalo Bill’s Wild West (sabed que dicho show también llegó a España, en 1899. Curioso, ¿verdad?).

Dicho show tenía un plantel realmente multicultural, con mexicanos, chinos, europeos… y sí, claro: indios y afroamericanos. Y como parece ser que el show era una representación de la supremacía blanca respecto de otras razas, podemos imaginarnos, de nuevo, que la camaradería hizo su trabajo y forjó fuertes vínculos entre los indios y los negros.

Un último apunte al respecto: he titulado esta entrada con el nombre en inglés (Buffalo Soldier) para que lo correlacionéis rápidamente con la canción de Bob Marley. En wikipedia tenéis más info para tirar de la madeja.

Bonus track: garitos de música en directo en la ciudad

Si habéis llegado hasta aquí, apostaría un dedo de la mano izquierda (elegid vosotros cuál) a que estáis interesados en la música de la ciudad. Como vais a decir que sí, porque no querréis que el que aquí escribe pierda un dedo gratuitamente, os comparto el siguiente artículo:

Música en directo en Nueva Orleans

Clarinete en el Spotted Cat, en Frenchmen Street.

Y si queréis ponerle música al artículo… me curré una playlist (como si de una TDK de 90′ se tratase) bastante adecuada.

Primer desfile de indios en Nueva Orleans

Dice la wikipedia que el primer desfile de indios nativos tuvo lugar durante el Mardi Gras de 1865, tras haber permanecido el show de Buffalo Bill durante el invierno de 1864 en la ciudad. Parece ser que de cincuenta a sesenta Indios de las Llanuras desfilaron durante el Carnaval, y tan solo unos meses después se formó ya la primera tribu de indios afroamericanos, todos ellos antiguos integrantes del show antes mencionado: la Creole Wild West, liderada por el mitad indio, mitad afroamericano Becate Batiste, el primer criollo en vestirse como Indio del Mardi Gras.

Y ahora damos un salto hasta mediados del Siglo XX, para hablar del bisnieto de Becate Batiste: el crucial Allison Montana.

Allison «Tootie» Montana, el Gran Jefe de Jefes

Hasta ahora no he mencionado el carácter violento que habían tenido durante décadas todas estas tribus (recordad, cerca de cincuenta en la ciudad): la realidad es que muchos de ellos estaban enemistados, y qué mejor ocasión que el Mardi Gras, cuando todo el mundo iba disfrazado por la ciudad, para vengarse impunemente de sus enemigos: tanto es así que era frecuente encontrar en muchos bares vestimentas abandonadas de los malhechores que, tras haber perpetrado su fechoría (en muchos casos asesinando al enemigo), se desvestían rápidamente en cualquier bar de la zona para evitar ser reconocidos.

Así que lo que hoy es un motivo de celebración de la vida, hasta hace pocas décadas era una noche turbulenta, durante la cual muchas madres evitaban que sus hijos saliesen a la calle porque, simple y llanamente, puede que no volvieran. O que volvieran en una caja de madera de pino.

Tootie Montana consiguió, a finales de los años sesenta,  frenar esta fea costumbre de asesinar a tus hermanos durante la celebración del Carnaval. El Big Chief de los Yellow Creole Pocahontas consiguió cambiar la dinámica asesina de sus hermanos, declarando algo así como «voy a conseguir que dejéis de luchar con la pistola y el cuchillo, y luchéis con la aguja y el hilo«, desembocando esto en una de las manifestaciones culturales más bellas y más enigmáticas de los Estados Unidos.

Los Indios del Mardi Gras

Su carácter pacificador le valió el título de Big Chief of Chiefsuna estatua en el Louis Armstrong Park, una condecoración del organismo National Heritage Fellowship (el mayor honor que puede conceder el gobierno estadounidense en materia de las Artes Tradicionales) y, sobre todo, el respeto y la gratitud eterna de sus iguales. Consiguió invertir lo que hasta su irrupción ocurría cada año, y que dejó bien claro a principios de los ochenta del siglo pasado al declarar «ahora, la gente corre a ver a los Indios del Mardi Gras; hasta hace poco, la gente huía de ellos«.

Con 78 años era el Indio de Mardi Gras que durante más tiempo estuvo desfilando, casi de forma ininterrumpida desde su primer desfile en 1947 hasta 2005. Sólo hubo un año en el que no salió: 1986.

Allison Montana fallecería de un ataque al corazón el 27 de Junio de 2005, en el transcurso de un discurso que estaba ofreciendo contra la brutal agresión policíaca que habían sufrido los Indios durante el desfile del día de San José de ese mismo año, cuando la policía disparó impunemente contra la multitud indefensa.

Dejo estas últimas palabras a modo de homenaje del Gran Jefe de Jefes:

«I am the oldest, I am the best, and I am the prettiest»

Porque, ¿sabéis qué es lo mejor que le podéis decir a un Indio si algún día lo veis frente a frente? «You’re the prettiest«. Eso le dije a este niño y mirad qué amplia sonrisa se le dibujó en la cara:

Los Indios del Mardi Gras

Los increíbles trajes

Otra historia con la que se podría escribir un libro. Todos los trajes que veréis en un desfile han sido confeccionados ese mismo año. Sí, señores, nada de reutilizar patrones o vestimentas. Aquí se ha venido a desfilar, a ser el más guapo, el más elegante, y el más llamativo. Y eso sólo se consigue sorprendiendo año tras año a tus enemigos. Esto ha dado pie a ver auténticas obras de arte en movimiento, trajes que desafían las leyes de la gravedad y que, de verdad, son increíblemente llamativos. Y más sabiendo que los hacen en casa y que toda la familia ayuda en la ardua y estresante tarea de tenerlos listos para el desfile del Mardi Gras.

Los Indios del Mardi Gras

Muchos de ellos están expuestos, para nuestra suerte, en un pequeño y familiar museo en Tremé, el vecindario afroamericano más antiguo del país: The Backstreet Cultural Museum.

La música de los Indios del Mardi Gras

Sería inconcebible terminar este artículo sin comentaros al menos un par de discos (que darían para otra entrada completa) que debéis escuchar para conocer un poco mejor esta subcultura del sur de los Estados Unidos tan apasionante. Os dejo las preceptivas playlists y a partir de ahí podéis tirar de la cuerda. Sólo comentaros que en estos discos aparecen luminarias de la escena de la ciudad como Allen Touissaint o Snooks Eaglin.

El que a mí más me gusta es este álbum:

Pero este otro tampoco tiene desperdicio alguno:

Cuando saque un hueco hablaré de algunos de sus himnos como el «Hey Pocky A-Way» o el «Hu Ta Nay».

Os aseguro que vais a flipar con la mezcla del funk criollo propio de la ciudad y los cantos tribales.

También es un disco rompedor este otro, el que grabó el Big Chief Donald Harrison (uno de los músicos más reconocidos del jazz americano) junto a mi queridísimo Dr. John y primer album en aunar el jazz con la música tribal:

Si habéis visto Tremé (recomendada un poco más arriba), habréis visto el momento en el que al hijo del Big Chief Albert Lambreaux se le ocurre la brillante idea de crear esa mezcolanza. Pues bien, durante los ensayos con la banda, cuando propone a los músicos grabar ese novedoso material, se encuentra, en un delicioso cameo, Donald Harrison, el cual de forma irónica dice que «esa idea es una locura».

El mejor momento del año para ver un desfile

Voy a ser breve: si queréis verlos, hay dos momentos clave: uno es el propio Mardi Gras, el cual se celebra en febrero. El otro es el Super Sunday, que se celebra el primer domingo posterior al 19 de marzo. Fue la fecha que nosotros elegimos y donde están tomadas todas estas fotos que veis más abajo (tomadas en 2016, cuando hice el que considero mi mejor viaje, el Viaje del Blues).

Recomiendo este último porque, seamos sinceros: Nueva Orleans durante el propio Mardi Gras debe ser carísima y un auténtico chocho de gente (con la peña borracha y las muchachas enseñando sus atributos pectorales).

Galería fotográfica

Espero que esta entrada haya sido de vuestro interés. Si os ha gustado, agradecería que la compartieseis. Y hacédmelo saber en los comentarios.

Los Indios del Mardi Gras

Los Indios del Mardi Gras

Los Indios del Mardi Gras

Los Indios del Mardi Gras

Los Indios del Mardi Gras

Los Indios del Mardi Gras

Los Indios del Mardi Gras

Los Indios del Mardi Gras

Los Indios del Mardi Gras

Los Indios del Mardi Gras

Los Indios del Mardi Gras

¡Saludos!

2 comentarios

Javier · 15 noviembre, 2022 a las 9:36 pm

Y si te pasas este finde por Santiago de Compostela podrás ver al mismísimo Monk Boudreaux en el Outono Codax Festival. ;-).
Gran artículo.

    admin · 15 noviembre, 2022 a las 10:12 pm

    Cómorrrr!!!! Pues me pilla con ensayos y jaleos varios, pero de haberlo sabido con unas semanas de antelación, vamos que sí. Voy a echar un ojo ya mismo a ese festival! (¡y gracias por lo del artículo!)

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