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¿Vas a visitar el Gran Cañón en tu próximo viaje por la Costa Oeste? ¿Quieres hacerlo desde un encantador y pequeñito pueblo de Arizona? Pues aquí tienes nuestra pequeña aventura por el Gran Cañón del Colorado y la Ruta 66 desde Williams (Arizona).
Por qué elegir Williams
Una de las razones de elegir este pueblo de Arizona, aparte de porque pasa por medio del pueblo la famosa Ruta 66 y por su cercanía al Gran Cañón (el pueblo es llamado Gateway To The Grand Canyon), era por la oferta que había de hoteles respecto a otros pueblos de las cercanías.
Llegamos sobre las 14.00h tras dejar atrás la extravagante Las Vegas; la distancia hasta Williams es de unos 350 km’s… y no veáis cómo cambia la película en esos pocos km’s: en cuanto salimos del coche lo primero que ví fue a una niña de unos trece años ataviada con un poncho y paseando a una cabra como el que pasea un perro.
Atónito miré para otro sitio a ver qué estaba pasando ahí, y me encuentro la típica postal del anuncio de Marlboro de los dos vaqueros con sus sombreros de ídem charlando tranquilamente por la acera. Por la noche también ví el archifamoso karaoke de cualquier pueblo, con los parroquianos desgañitándose a cantar country. Yeah.
Esto ocurrió en plena calle principal del pueblo que, como decía antes, resulta ser la propia Ruta 66:
Alojamientos
Esa noche nosotros nos quedamos en Grand Canyon Hotel, el hotel más antiguo de Arizona. Activo desde 1891. Se trata de un hotel con bastante encanto y decoraciones únicas en cada habitación: alguna de la Guerra de Secesión, otra con detalles naúticos…
En su contra diré que es algo más caro que los típicos moteles americanos que se encuentran a 500m, y que el dueño cierra de 13.00h a 14.00h para comer. Con dos cojones.
Si volviese, me iría a alguno de los otros sin dudarlo, pero cuando planeaba el viaje me parecía que estaban alejados del meollo, cuando en absoluto es así. Así que recordad que la opción de los moteles de carretera suele ser una de las opciones más económicas y, en muchas ocasiones, bien situado (sobre todo en pueblos pequeños de este tipo).
Comer por el pueblo
En sólo una noche que pasamos no tuvimos mucho tiempo de probar más restaurantes que uno, el Cruiser’s Café 66 (que además era el único que servía comidas y cenas por la calle principal y tenía un deliberado rollo cincuenta bastante molón). La oferta… qué decir: hamburguesas, costillas, y perritos. Poco más.
Así que al mediodía la elección fue un par hamburguesas, y a la noche medio costillar. En este viaje os aseguro que echaréis mucho de menos la oferta gastronómica que tenemos en España: la comida allí es poco menos que aberrante, y así se ve la cantidad de obesos que pululan por todo el país.
Visitando el Gran Cañón
El Gran Cañón del Colorado es, como nos podemos imaginar, enorme. Leo ahora mismo en la Wikipedia que mide unos 446 km’s de distancia. Digamos que la misma que hay entre Madrid y Santander, kilómetro arriba, kilómetro abajo.
Con estas medidas que se gasta el bueno del Cañón, y lo listos que son los americanos para explotar sus recursos, podéis imaginaros que hay mil sitios desde donde verlo, y otras mil opciones para disfrutarlo: kayak, helicóptero, coche o incluso en moto (como hizo Miquel Silvestre en uno de sus capítulos de Diario de un Nómada).
Para visitar el Gran Cañón, nosotros decidimos algo a priori poco sensato dados los pocos días con los que contábamos (este viaje lo hicimos en sólo doce días): coger un coche y adentrarnos en el interior de ese vasto país que es Estados Unidos.
La opción lógica (pero más cara) para aprovechar el tiempo hubiera sido la típica excursión desde Las Vegas en helicóptero donde en un mismo día te llevan y te traen (truco: si decidís hacerlo, mirad antes en groupon).
Me pareció sin embargo mucho más interesante adentrarnos un poco en eso que aquí llamamos la América Profunda, y sin duda alguna os recomiendo esta opción: veréis la realidad de un país que está, ya por fuerza, en el imaginario colectivo de todo el planeta: Harley’s cruzando la mítica Ruta 66, la Presa Hoover, el skyline de la extravagante Las Vegas, etc.
Os decía que a Williams lo llamaban The Gateway to the Grand Canyon debido a que hay una histórica línea ferroviaria que conecta directamente este pequeño pueblo con esta gran maravilla de la naturaleza. Aunque tengo la sospecha de que ahora la función principal de esos trenes es la turística, donde hay incluso performances de indios y vaqueros atancado el tren…
El trayecto, aburrido, en coche es de en torno a 1h de viaje. No es gran cosa, pero a la vuelta se puede hacer un tanto tedioso, sobre todo si vuelves de noche, como fue nuestro caso.
Por cierto: recordad SIEMPRE llevar el depósito medio lleno. HAY POCAS GASOLINERAS.
Aquí me explayo un poco más al respecto.
¡Continuamos viaje!
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