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Hoy os traigo una completa ruta en moto por la Sierra de Gredos desde Madrid. Además con un extra-bonus por si la ruta principal se os queda corta.
Y es que la frase más repetida durante el finde que pasamos por allí fue algo parecido a «qué guapo es todo esto, qué bien se está aquí«: un paraje espectacular, oferta gastronómica, de ocio, bonitas y solitarias carreteras con un estupendo asfalto, un impresionante cielo estrellado como hace años que no veía…
Antes de entrar en faena, ¿queréis leer un poco sobre mi moto?
Ruta en moto por la Sierra de Gredos desde Madrid
Hicimos unos 410km’s durante ambos días, saliendo de Madrid el viernes a las 17.00h y llegando el domingo sobre las 18.30h (y sí, nos pilló el calor infernal de vuelta en carretera… pero ah, amigos, con la moto se sufre). La ruta, aproximada, fue la siguiente:
Si pincháis en el mapa, os lleva a Google Maps para que la podáis estudiar más a fondo.
Muy por encima, es tal y como sigue: llegas hasta San Martín de Valdeiglesias por la famosa carretera de los pantanos (M-501): pasado el pueblo por su cara exterior, sigues indicaciones hasta El Tiemblo. Una vez pasas el Embalse del Burguillo, te metes en la primera carretera revirada del camino, la AV-902, y sigues hasta Burgohondo. En este pueblo debes girar a mano derecha en una cuesta que hay (indicaciones Navatalgordo, AV-903), y te llevará por un carretera realmente solitaria hasta cortar con la AV-905, de mucho mejor y más amplio trazado.
Ahí sigues, pumpum, hasta cortar con la N-502, que cogerás a mano izquierda (dirección Arenas de San Pedro). Por último te queda coger a mano derecha la salida dirección San Martín del Pimpollar, que te llevará ya, tras varios pueblos, a Hoyos del Espino.
A la vuelta, llegamos hasta Arenas de San Pedro; bajamos el Puerto del Pico, previa admiración de sus bellas vistas y su milenaria Calzada Romana, y ya desde ahí, por la M-501, parando a comer en La Bodeguilla de Piedralaves, (echad un ojo que el sitio mola bastante). Por último visitaríamos los Toros de Guisando y carretera y manta hasta casa.
Esto es lo que nosotros hicimos; por supuesto, tenéis millones de combinaciones carreterísticas posibles. Como si queréis subir a Asturias y bajar. Depende de vuestro tiempo.
Bonus extra
¿Queréis añadir un puerto de montaña guapo, solitario, y con millones de curvas? Bien, entonces os recomiendo que hagáis el siguiente recorrido (ya sabéis, pinchad en la imagen para ir a GMaps):
Son sólo 30kms pero os aseguro que los vais a disfrutar: básicamente iréis bordeando la cara norte de la montaña hasta que la coronéis en el Puerto de Mijares, dando paso a una bajada pronunciada y con un completo cambio de paisaje (si antes nos encontrábamos helechos por doquier, ahora los pinos piñoneros serán los protagonistas).
A modo de ejemplo, baste con un pantallazo para que os hagáis una idea de la carretera tan guapa que comunica esto dos muncipio abulenses. Ojo con los ciclistas, las curvas extremadamente cerradas y la gravilla.
Hoyos del Espino, campamento base
El primer fin de semana de julio, cuando más apretaba el calor en Madrid, decidimos irnos a pasar un par de noches a Hoyos del Espino, localidad abulense famosa, sobre todo, por su fantástico festival Músicos en la Naturaleza. Antes de seguir, y a modo de curiosidad, echad un ojo a este cartel que había en el hotel que nos alojamos:
Era la segunda vez que visitaba dicha población: la primera en 2014 para ver a John Fogerty (sí, el de la Creedence… vaya conciertazo se marcó el colega). La segunda ahora en 2019, ya más calmados y con la idea Gloria y yo de desconectar de los Madriles y pasar un poco de frío por las noches.
El pueblo
Para lo pequeño que es y lo alejado que está de su capital de provincia (Ávila, a 70km’s), tiene una oferta enorme: desde un spa, multitud de hoteles y casas rurales (en su web se jactan de ser uno de los pueblos de Europa con más abundancia de éstas), bares y restaurantes, piscina natural gratuita, así como diversas opciones de turismo activo que se llama ahora (ya sabéis: escalada, rutas a caballo, paintball…).
Joder, nada mal para un pueblo que en 2018 tenía censados a tan solo 363 habitantes.
Recomendaciones rápidas para no alargar esto hasta la saciedad:
Para comer
Si queréis comer bien bien, hay dos sitios imprescindibles: o bien el Restaurante Drakkar, o bien La Mira de Gredos. En este último comimos un entrante a compartir, dos segundos platos (el imprescindible chuletón de la zona y merluza encebollada) y un postre a compartir, por 82 lereles. Carillo, pero para eso curro yo, entre otras cosas. Para quererme.
Para dormir
Nosotros nos quedamos en el Hotel Rural Altogredos por 99€ dos noches, con desayuno buffet incluido. Un precio bastante contenido. Luego pillamos (Gloria quería hacerlo) una oferta que tenían de ruta de dos horas a caballo + spa (40€ por cabeza), y mejor que en brazos, señores.
A mí el tema de los caballos no termina de cuajarme del todo, pero bueno… si ella había cedido a hacerse cuatrocientos y pico km’s de paquete en la moto, con las incomodidades y riesgos que conlleva, yo bien podría montarme en un bicho y hacer un paseo por la zona (preciosa, por cierto).
Para visitar: por la zona tenéis el Puente del Duque, el puente románico de Navacepeda (eso en coche o en moto, andando queda un poco lejos), las piscinas naturales, la archifamosa Plataforma de Gredos (cobran por entrar… poco, pero cobran), la cruz gótica en la subida a la iglesia del pueblo, el Parador Nacional de Gredos (primer parador de España y de importancia capital primero en los inicios de la Guerra Civil española, y años infames después en la redacción de la Constitución).
Curiosidad: si vas a la iglesia de Hoyos del Espino, verás que a su izquierda hay una fuente. Fijaos en la pileta de ésta:
Bien, pues lo que veis no es otra cosa que un antiquísimo sarcófago visigodo, reutilizado para la ocasión como pileta, o pilón de la fuente. Sorprendente.
Puerto del Pico
Si estás por la zona, sea en moto o en coche, es casi obligatorio subir hasta el Puerto del Pico (1395 msnm). Sólo ver su sinuosa calzada romana zigzageando por las laderas de la montaña, u observar el maravilloso paisaje que se muestra ante ti hará que merezca la pena esa visita.
Un par de imágenes, casi siempre, lo explican todo mejor:
Cuevas del Águila
Bajando del anteriormente Puerto del Pico, y a la que pases por Mombeltrán, echa un vistazo al peazo de castillo bonito que tiene el pueblo. No pongo foto porque no paramos, pero es impresionante.
De aquí ya nos fuimos directitos a las Cuevas del Águila (8€ en 2019), cuevas que sabía había visitado de pequeño pero que obviamente, no recordaba. Similares en características a la Cueva de Valporquero de León, el rasgo principal de las del Águila respecto de las otras es que todo el espacio que puedes visitar se encuentra en una diáfana, grandísima, sala que tendrás ante ti según entres (la sensación visual es más apabullante cuando te lo ponen todo de frente… nos pasó lo mismo en el Gran Cañón hace unos años).
Si queréis leer la historia, u os interesa la espeleología y tal, más atrás os he dejado links. Yo me voy a limitar, disculpad mi ignorancia, a colgar unas pocas fotografías para que admiréis lo que tenemos a un par de horas de Madrid:
Parece sacado de un decorado de una peli de ciencia ficción.
Toros de Guisando
A pocos km’s de San Martín de Valdeiglesias, pero ya en la provincia de Ávila, se encuentran los estudiados Toros de Guisando, construcciones aparentemente rituales de los vetones, pueblo prerromano de la zona central de la península (más o menos, tampoco me voy a poner ahora estupendo, ahí tenéis el link para ampliar info).
Los de Guisando, si bien no son los únicos (echad un ojo al comentado link), sí son los más famosos, porque entre otras cosas, aparecen nombrados varias veces en nuestra obra cumbre de la literatura… ¿Fray Perico y su borrico? No, El Quijote. Ja. Así que a ver qué torito puede competir contra eso.
Y, ah: si os preguntáis por qué se llaman Los Toros de Guisando cuando los toros pertenecen al municipio de El Tiemblo y el pueblo de Guisando está como a ciento y picos km’s (cerca de Arenas de San Pedro, en la misma provincia de Ávila)… es porque el cerro al que miran es el Cerro de Guisando.
Un par de fotos, un par de comentarios sobre la ubicación, y vamos cerrando la puerta al salir:
La entrada al recinto cuesta actualmente 2€ (antes era gratis y el sitio estaba por lo visto hecho un asco… ahora da gusto ir de lo limpito que está) y dudo que tengas muchos problemas de aparcamiento.
La siguiente foto es del exterior del recinto. La inscripción reza que allí fue reconocida Isabel de Castilla como Princesa de Asturias (y por tanto futura heredera del Reino de Castilla) en el conocido como Tratado de los Toros de Guisando.
¿Que quién es Isabel de Castilla? Posteriormente se convertiría en la imponente Isabel la Católica, ¿os suena?
La ocasión tuvo lugar en la humilde Venta Juradera (venta usada desde cientos de años atrás y hasta 1619 por los trashumantes, ya que por allí cerca pasaban las Cañadas Reales). De dicha venta ahora solo quedan los cimientos (aunque hay que hacer un gran ejercicio de imaginación). Los puedes visitar en el mismo recinto donde se encuentran los toros.
La construcción fue ordenada demoler por el prior Fray Jerónimo de la Cruz, del cercano Monasterio de los Jerónimos, por las siguientes razones. Cito textualmente: «[…]la venta se deshizo y se allanó la tierra para no permitir las ofensas a Dios que allí se cometían«. Ay la envidia qué mala es.
Pensad, por último, que de aquel tratado aún quedaban 34 años para que se descubriera oficialmente América.
Aquí, amigos, termina esta ruta motero-cultureta por la Sierra de Gredos desde Madrid. Espero que os guste, y probad las múltiples combinaciones y preciosas carreteras que tiene la zona.
¡Saludos!
1 comentario
JOAQUÍN · 29 junio, 2021 a las 4:39 pm
MUCHAS GRACIAS PACO. ME HAS SUGERIDO ALGUNOS SITIOS QUE, SIN DUDA VISITARÉ.