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Realizar una visita a la Herrería de Compludo (El Bierzo, León) es realizar un viaje al pasado artesanal de nuestro país. Una visita que aglutina el conocimiento de siglos de tradición, de trabajos ya perdidos para siempre, y en definitiva, el poder ver de primera mano cómo se trabajaba el hierro hasta hace poquísimos años. 

Vamos al turrón:

Valle de Compludo

Valle de Compludo al atardecer

Cómo llegar a la Herrería de Compludo

Ubicada en el Valle de Compludo y en las inmediaciones del Río Meruelo, en la preciosa comarca del Bierzo, para llegar a ella lo mejor es que os dirijáis desde Ponferrada (LE-142, 22km’s) y os desviéis al llegar al Albergue La Casa del Peregrino. Las indicaciones tanto para la herrería, como para Compludo son claras, así que seguramente no tengáis ningún problema en encontrarlo.

Posteriormente tendréis que dejar el coche en el parking habilitado, y andar unos diez minutos por un agradable sendero que bordea el mencionado río.

Simplemente, tened cuidado en la carretera porque es un carretera de montaña, muy frecuentada por ciclistas y vecinos que pasean por sus bellas tierras.

Una visita a la Herrería de Compludo

Demostración del trabajo del herrero

Datos prácticos

El precio es de 4€ y se encuentra abierta durante todo el año, a excepción de los lunes y martes. Los niños, al menos los que estuvieron durante nuestra visita, no pagaron (un detalle del dueño, la verdad, porque podría haberles cobrado ese eurito).

Aún así, qué mejor que una foto al panel informativo que se encuentra en el parking:

Información Herrería de Compludo

Una visita a la herrería de Compludo

La herrería de Compludo es un monumento declarado de interés nacional desde el 6 de junio de 1968 cuando, ante la inminente desaparición de las herrerías tradicionales por la llegada de los Altos Hornos de Vizcaya y la alta rentabilidad que éstos proporcionaban, su entonces dueño (Manuel Sánchez  Martínez, hijo de Amadeo Sánchez, quien la adquirió en estado semiderruido en 1914 y hoy abuelo del joven herrero que realiza las visitas guiadas) decidió luchar por su humilde herrería para que no cayera en el olvido y se convirtiese en un amasijo de piedras en mitad de un valle leonés.

Exterior de la herrería

Exterior de la herrería

Con tanto tesón como claridad de ideas, Manuel Sánchez consiguió a mediados de los ’60 del siglo pasado que el entonces gobierno franquista reconociera este lugar como una industria que no debía desaparecer, del ato interés etnográfico, para que así generaciones posteriores conociesen cómo se trabajó el hierro en siglos pasados.

Y desde 1968, por tanto, sólo se pueden realizar tareas de conservación, nunca de remodelación, ya que la idea del reconocimiento es preservar el lugar, como si de una foto exacta se tratase.

Montesa Impala en la herrería

Montesa Impala en la herrería

Breves apuntes históricos

Se sabe que la herrería se creó originalmente cuando surgió un monasterio en el pueblo de Compludo, en la primera mitad del Siglo VII, y la construcción fue impulsada por el Santo Abad Fructuoso (fallecido en Braga el 16 de abril del año 665), un auténtico emprendedor monacal de carácter ermitaño, ya que se le atribuye la fundación de muy diversos monasterios por toda la península.

Se sabe, también, que dicha ferrería (lo diferenciamos de herrería porque en la ferrería debía tratarse el mineral para convertirlo en hierro, a diferencia de la herrería, donde este paso se obviaba) construyó millones de aperos de labranza durante todos los siglos en los que estuvo en funcionamiento.

Lo que hoy vemos es, por tanto, un fiel reflejo de cómo estaba a finales del XIX, cuando fue adquirida en 1914 y, ya entonces, llevaba cerca de cuarenta años en desuso.

Exterior de la herrería

Exterior de la herrería

La foto superior muestra los restos de las casas de los empleados, y es que el guía nos contó que en su época de mayor esplendor este terreno fue un pequeño núcleo urbano, con cerca de catorce trabajadores a tiempo completo y sus respectivas familias. Menos mal que tuvieron la buena idea de preservar este pequeño tesoro de la arquitectura popular.

En definitiva, la visita a la herrería de Compludo aglutina el conocimiento de una industria que jamás volverá a nosotros, enclavada en un lugar privilegiado, y con unas técnicas que a día de hoy, con tanto dron y tanto smartphone, asombran al visitante por su ingeniosidad y eficacia en el uso de los recursos naturales.

Compludo, cuna del monacato

Dejadme que cite a la Wikipedia:

Su origen se remonta al siglo VII, cuando Fructuoso de Braga funda su primer monasterio en las inmediaciones bajo la advocación de los santos niños Justo y Pastor, y su nombre derivaría de Complutum, la ciudad donde ambos sufrieron martirio (actualmente la ciudad de Alcalá de Henares).1

El pueblo se encuentra a escasos kilómetro y medio del aparcamiento de la herrería, y cuenta con, al menos, un par de restaurantes y cafeterías donde tomarte una cervecita o un café de puchero. Creo que sería una pena no visitarlo una vez hayáis finalizado en la Herrería.

Así que sumado al valor histórico del pueblo en sí y su bonita iglesia (fundada en torno al año 614… no dejan de alucinarme estas fechas), tenemos un núcleo poblacional de gran belleza por las casitas que lo conforman. Como siempre, unas pocos fotos ilustrarán mejor que unas pocas palabras a lo que me refiero:

Iglesia de Compludo

Iglesia de Compludo

Casas en Compludo

Casas en Compludo

Casas en Compludo

Casas en Compludo

Casas en Compludo

Casas en Compludo

Renault 4L en Compludo

Renault 4L en Compludo

Espero que os haya gustado esta página y que, sobre todo, os haya sido útil para visitar tan singular lugar. Cualquier comentario, agradecimiento, etcétera, será bienvenido 😉

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