Las cataratas del Niágara desde el lado canadiense

La visita a las cataratas del Niágara desde el lado canadiense va a ser, no nos engañemos, uno de los puntos fuertes del viaje. Pero, aviso: no eres el único que lo ha pensado. Y a consecuencia de ello, como es lógico, el sitio está masificado. Gracias a dicha masificación los servicios propios de una ciudad (restaurantes, hoteles, pubs… algo que debería ser atractivo per sé) se descuidan, se dejan llevar. ¿Por qué se descuidan? Porque saben que no les van a faltar miles de clientes cada mes, cada año.

Te encuentras por tanto una ciudad con una oferta bastante chusca (hoteles caros, restaurantes de batalleo, bandas de versiones para los guiris) y con un precio más elevado que la media. Pero, ah amigo: vas a ver las famosas cataratas, y además desde el lado que más mola.

¿Merece la pena pasar la noche en la ciudad?

Bajo nuestro punto de vista, claro que sí. Tienes la oportunidad de ver el espectáculo natural por la noche (con la iluminación que tienen) y luego admirarlas durante el día, ya en toda su extensión. Digamos que haciéndolo así las vas a retener durante más tiempo y de forma más vívida en la retina. Y coño, que son las cataratas del Niágara, que todo el mundo las conoce pero no todos tienen la oportunidad de estar allí.

Nosotros lo organizamos de tal forma que bajábamos directamente desde Huntsville, sin pasar antes por Toronto: dormíamos esa noche y ya subiríamos a Toronto como destino final del viaje.

Por cierto, si vais en verano a Canadá tened en cuenta que es el período en el que se reparan las carreteras antes de la próxima llegada del invierno (al ir nosotros en junio, no dejábamos de preguntarnos cómo sería todo aquello hasta arriba de nieve). Esto conlleva atascos extras, carreteras cortadas, y tal y tal.

Dónde hemos dormimos en Niágara

Elegimos un sitio que no estaba nada mal de precio, aunque a unos quince minutos caminando de las cataratas. Es el Ramada By Wyndham: una noche a 43€, con parking gratuito. Algo a valorar en una ciudad de este tipo: el tema de los parkings, cuidadito porque cuanto más cerca aparques, más vas a pagar. Quizá interese caminar un poco más.

El hotel, amplio, tenía incluso una piscina cubierta. Nada mal por ese precio.

Las cataratas del Niágara desde el lado canadiense

«Crucero» en las cataratas

Hornblower Niagara Cruises es la empresa canadiense que opera los viajes que te llevarán hasta los mismísimos pies de la catarata principal, la Horseshoe Falls (cascada de herradura). La que todos conocemos, vamos. La que veis más arriba. El precio fue de unos $25 canadienses, y merece mucho la pena: hacedlo, no lo dudéis. Te van a dar unos chubasqueros de cuerpo entero que te tienes que poner sí o sí, ya que te vas a empapar.

Por su parte, y por añadir algo más de información, los americanos tienen la suya propia (quizá llegues a esta página porque vayas a visitar las cataratas desde el lado americano), y, como digo siempre: son tan buenos comerciales de ellos mismos, que la web del «crucero» que realiza la visita está traducida al español y con una breve historia de las cataratas. Echadla un ojo para enteraros de algo más sobre la historia de la zona.

Y, claro, tienen nombre molón: Maid of the Mist (la doncella de la niebla, o algo así).

0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *